28/11/2021- Jorge Baldino
CATALÁN, CON ACENTO BRITÁNICO Y ADMIRADOR DE JOHAN CRUYFF: PERFIL DE ROBERTO MARTINEZ
El entrenador de la selección de Bélgica tiene un pasado casi desconocido en su país. El Mundial de Rusia 2018 lo colocó en los primeros planos y le brindó un reconocimiento que se avala con los resultados: su equipo ya clasificó a Qatar 2022 y lidera el ranking FIFA hace 3 años.
La escena se repetía constantemente en la casa de Balaguer, Cataluña. Cuando su padre no estaba trabajando en la zapatería o jugando en el club del barrio, el pequeño Bob se sentaba junto a él, frente a la televisión. El plan era concreto: mirar cuanto partido de fútbol se pudiera. Recuerdos que quedan en la memoria para siempre, como la forma en la que ese hombre, el Martinez mayor, su héroe, su referencia, en sus momentos libres entrenaba de forma super profesional a un grupo de jugadores amateurs. Creció en ese ambiente, con esa pasión por el fútbol.
Cuando el pequeño Bob se convirtió en Roberto -ya adolescente- a finales de los años 80, Johan Cruyff y su demoledor Barcelona lo cautivaron. También era admirador del Milan de Arrigo Sacchi y el Valladolid de “Pacho” Maturana, pero su devoción con el holandés era distinta. Aunque siempre tuvo claro que en su casa estaba la máxima referencia. “Nunca me hubiese interesado por la forma de entrenar de Cruyff si no hubiese tenido la influencia de mi padre. Él fue quien me inculcó el amor por el fútbol. Siempre me explicaba aspectos tácticos y técnicos. Sin él, nunca se me hubiese despertado esa curiosidad”, le dijo al diario El País en mayo del 2020.
Martinez comenzó a jugar en el CF Balaguer, un pequeño club de su municipio, y luego fue a la filial del Real Zaragoza. Su debut profesional fue el 20 de junio de 1993, con 19 años, en el Vicente Calderon contra el Atlético de Madrid. Esos 35 minutos fueron los únicos que disputó en el primer equipo del Zaragoza y también en La Liga. Volvió al Balaguer y en 1995 fue transferido al Wigan Athletic, club inglés que en ese momento estaba en la tercera división. No fue sólo: lo acompañaron Jesús Seba e Isidro Díaz, con quienes había jugado en Zaragoza. Apenas llegados a Inglaterra recibieron el apodo “los tres amigos”. A pesar de jugar como mediocampista, Martinez tuvo una temporada soñada: convirtió 13 goles y fue el goleador del equipo. Otro dato: es el primer español en marcar un gol en la FA Cup, el torneo más antiguo del mundo. En Wigan estuvo seis años y dejó una marca indeleble para los hinchas: ascendió a la segunda división en 1997 y dos años después ganó la Football League Trophy, competición en la que participan equipos de la tercera y cuarta división del fútbol inglés. Allí también conoció y forjó una gran amistad con Jordy Cruyff, el hijo de su ídolo. Luego tuvo pasos por el Motherwell escoces, Chester City y FC Walsall, para finalizar su carrera en el Swansea City, en la temporada 2006/07. Pero no solo fue a ponerse los botines: lo contrataron para que cumpla la doble función jugador/entrenador.
Una vez que se puso el saco de director técnico a tiempo completo, el impacto que generó fue instantáneo: ascendió al equipo a segunda división y al otro año estuvo a punto de clasificar a la fase final para ascender a la Premier League. En 2008 recibió un llamado de Sir Alex Ferguson, quien lo invitó a sumarse como su asistente al Manchester United. Bob agradeció al interés, pero siguió en Swansea hasta mediados de 2009, cuando regresó al Wigan, esta vez como entrenador. Su idilio con los hinchas (que en 2005 lo eligieron como el mejor jugador de la historia del club en una encuesta realizada por la BBC) se hizo cada vez más grande. Cumplió el objetivo de mantener la categoría durante tres temporadas consecutivas y en 2013 ganó la FA Cup, el mojón más importante desde la fundación del club, hace casi 90 años. Para más condimento: fue contra el Manchester City de Roberto Mancini, Carlos Tevez y Sergio Agüero, entre otras figuras, en el mítico césped del estadio de Wembley. Ni el descenso a segunda en ese mismo año pudo opacar esa victoria.
En 2013 llegó a Everton, uno de los equipos más históricos de la Premier League. En esos tres años consiguió clasificar a copas europeas y realizar buenas campañas, aunque sin ganar títulos. Su gran desafío llegó a mediados de 2016: la selección de Bélgica lo contrató para comandar a su generación dorada, con jugadores como Romelu Lukaku -a quien había dirigido en Everton-, Kevin De Bruyne y Eden Hazard. En Rusia 2018 fue la selección mas goleadora, ganó seis de sus siete partidos, eliminó a Brasil en cuartos de final y sólo perdió con Francia, en semifinales, lo cual lo llevó a conseguir un histórico tercer puesto. En la Eurocopa 2020 perdió con Italia, el campeón, en cuartos de final. Desde la llegada de Martinez al banco, la selección de Bélgica jugó 68 partidos, de los cuales ganó 51 y solo perdió 7, con un estilo de juego muy definido, basado en la salida con pelota dominada que le imprimen sus tres defensores centrales, la movilidad y dinámica de todos los mediocampistas y la voracidad ofensiva de sus delanteros.
Según la última actualización del ranking FIFA, hace más de tres años que Bélgica es el mejor equipo del mundo a nivel selecciones. Con esas credenciales, Roberto Martinez llegará a su segunda Copa del Mundo en Qatar 2022. Hace unos años, era prácticamente un desconocido en su país (hizo toda su carrera en el Reino Unido y está casado con una escocesa), pero luego de Rusia 2018, su imagen y su nombre se hicieron moneda corriente. Incluso estuvo en la órbita de los gigantes Real Madrid y Barcelona para sentarse en sus bancos. Aunque para él, lo más importante es lo que pasa dentro de la cancha. “El fútbol no es de los entrenadores, es para disfrutar de los jugadores. El técnico debería estar siempre en un segundo plano”
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